En ocasiones anteriores hemos explicado las características de las instalaciones de bajantes con tuberías de fibrocemento con contenido en amianto y lo que recoge la legislación al respecto.
Igualmente es conocida la necesidad de protocolos específicos dispuestos para la protección de los operarios, usuarios y entorno frente a las fibras de amianto.
Así mismo ya se ha expuesto la necesidad de sustituir el fibrocemento por nuevo material cuando se hace necesaria una reparación.
Pero ¿qué pasa cuando no tenemos indicaciones de averías o daños en la instalación?
Es evidente que mientras no muestre necesidad, no resulta necesario activar una renovación, sin embargo existe una situación en la que conviene plantearse una actuación:
Cuando se realizan obras o reformas.
Ya sea de forma individual en una vivienda como de forma global en un edificio, cuando se van a realizar reformas que afectan a las instalaciones, es razonable contemplar la renovación parcial o integral de las bajantes de fibrocemento. La sustitución de estas instalaciones, al margen de la propia labor de fontanería y la repercusión especial por tratarse de material con contenido en amianto, suelen llevar aparejados otros trabajos de albañilería y acabados que encarecen la labor y producen afecciones importantes cuando la vivienda está habitada. Puesto que en muchas ocasiones se trata de instalaciones relacionada con la evacuación de aguas, los espacios anexos suelen contar con acabados cerámicos de difícil reposición, además de afectar a elementos sanitarios y mobiliarios.
Es por ello por lo que, al afrontar una obra de reforma, es técnica y económicamente razonable aprovechar la situación para abordar este trabajo. Importante es, así mismo, determinar la amplitud de la actuación ya que, dependiendo del tipo de instalación, al realizar la renovación de una vivienda podría ser interesante actuar sobre los injertos superior e inferior.
Como conclusión, toda vez que se trata de un elemento común, es razonable que en las normativas internas de una Comunidad quede recogido el procedimiento de actuación ante estas situaciones de manera que, sean aprovechadas las obras individuales para abordar la renovación de la bajante con una menor afección económica comunitaria, toda vez que una parte importante de los trabajos irán incluidos en la propia obra de reforma ya dispuesta.
En todo caso, como cualquier asunto relacionado con la edificación, siempre es razonable recurrir a un técnico autorizado, o en su defecto a profesionales del sector, para poder tomar decisiones apoyadas en un asesoramiento documentado.