En las instalaciones de saneamiento, para reconducir bajantes del edificio hacia sus arquetas, se hace necesario disponer colectores colgados en techo de lonjas.

Estos colectores, para un mayor aprovechamiento de las alturas, suelen disponer de las caídas mínimas con las que, aun cumpliendo normativa, el agua discurre con menor velocidad. Esta circunstancia facilita la acumulación de residuos y, a lo largo del tiempo, además de entorpecer la correcta evacuación, incrementa el deterioro en paredes de tuberías de fibrocemento con contenido en amianto.

Por ello estas instalaciones que presentando un aspecto exterior aceptable, pueden ocultar un deterioro interior causante de algunas roturas y fugas inesperadas. De forma que, habiendo cumplido ya su vida útil, resulta conveniente planificar y retirar instalaciones con tuberías de fibrocemento antiguas.

Al abordar la sustitución de estas instalaciones, no siempre es posible incrementar la pendiente para mejorar el funcionamiento, por ello resulta imprescindible disponer de puntos de registro para permitir accesos y facilitar las tareas de limpieza y mantenimiento periódico de la nueva instalación.

Contar con estos registros accesibles no solo es interesante para las actuaciones tras retirada de tuberías de fibrocemento, resultan útiles en toda instalación para poder acceder a las distintas partes que la componen permitiendo una mayor seguridad con respecto a su cuidado y mantenimiento.

En algunas edificaciones antiguas, es posible encontrar aún depósitos de agua fabricados con fibrocemento y, por tanto, con posibilidad de presencia de amianto.

Para su retirada hay que actuar con las medidas de seguridad necesarias que permita ofrecer, a las personas propietarias y usuarias del espacio, la tranquilidad de recibir, tras la retirada, un espacio libre de fibras de amianto en el ambiente.

Hay que recordar la importancia de no romper ni cortar estas piezas. Si fuera necesario realizar despiece con cortes para su retirada, deberá actuarse utilizando la herramienta apropiada y dispuesta para esta tarea y con el embolsado correspondiente. Igualmente, antes, durante y con posterioridad a la manipulación, será esencial un control ambiental del espacio confinado en que sea haya realizado la manipulación de los depósitos de amianto.

Por ello es importante, cuando nos encontramos con estos depósitos, recurrir a empresas especializadas en desamiantado.

La posible presencia de materiales de construcción con contenido en amianto se extiende en todo tipo de edificaciones y, por tanto, es posible que afecten a instalaciones en Centros Escolares.

La necesidad de protección se hace aún más importante cuando se trata de un entorno en el que desarrollan sus actividades escolares niñas, niños y jóvenes.

Por ello, ante posibles averías o necesidades de reformas, cuando exista el riesgo de manipulación de materiales con amianto, es conveniente actuar en periodos sin asistencia del alumnado al centro, ya sea recurriendo a días festivos o periodos vacacionales.

Cuando el entorno es un aula o zona de paso, en la intervención es importante aislar bien la zona del resto mediante el plastificado al 100% dentro del espacio habilitado como confinamiento. Una vez comprobada la estanqueidad del espacio confinado, actuar bajo presión negativa, con ayuda de depresores, y con las mediciones ambientales oportunas. Es muy importante garantizar que las fibras de amianto que pudieran desprenderse de la manipulación no salgan del recinto controlado.